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Recolectora de poesias

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A el corazón

A el corazón 

Tendré que negarte mis ojos
para no sentir el peso de tu inclinación.

Eres el lugar de antiguas memorias,
la habitación interior del hombre completo.
Todo emerge de ti… de modo
que nada se circunscribe para el hondo profundo
de tu esencia inescrutable.

De una forma furtiva, tras celosías…
estas acariciando miríadas de pensamientos
que vienen a la luz en error.
Pensamientos con los que la mente contiende.

El momento, en el que te derrites
ante una cosa pavorosa,
y el anhelo vehemente te atraviesa …
por aguas impetuosas la haces caminar a el alma.
Por laberintos divagan los instantes.

En tu frágil derrotero, podrá transgredir una tentación,
todos los caminos externos por donde discurres,
si estas irresoluto; pues la fuerte traición que eres tu…
escapa de las manos del que te niega su rostro.



Israel W Borges, 2008


Sobre el Lirio


Aquel día... cuando rayen mil albas
y profusas tardes,
merecidas por la eternidad
cabalguen con sus nubes de cobre
sobre la dilatada expansión,
también fluya entonces
una sombra errante
atada a mi sacro torrente escarlata...
¡me acordaré de mi viña de vino espumante!

El fragmento de melodía legendaria
y el poema que está a punto de ver la luz
bajo el poderoso vuelo del viento,
me ha tenido en vigilia sobre mi alta atalaya.
¡Todo suspiro que se debe a ti!
Me llevará a discernir un cerrado verso amoroso
y la noche transparente se volverá estanque.
Porque hay alguien, que impele deleite interminable
sobre la riqueza del mar.
¡Oleaje indefinible aún para tiempos posteriores!

Aquel día... cuando el poderío del dolor
me abatirá, latente en su imponente yunque
y la honda sombra con sus variantes jirones
sean un mar en la magia del tiempo,
mi vibrante corazón no dejará de deleitarse
bajo la frescura de tus alas
y la luz de tu omnipresencia.
Tampoco mi alma habrá de capitular ante él.

Aquel día... cuando se oiga la melodía
del viento que prevalece,
ante el alto canto de la noche,
habrá agua en ella, que aún hoy
fluye transparente en torno a ti.
Y la claridad que pasa por el aire
y también por la mañana,
darán esplendor a estos dos reinos
que se enferman de amor. 

y para los que gusten de la obra de Israel  W  Borges ese enlace los lleva a una pagina donde por un modico precio se pueden descargar una antologia titulada

Lo  de  W  Borges
                                   

http://books.lulu.com/browse/book_view.php?fCID=1927338&fBuyItem=3

Suspiro plateado 7 en tus vientos

SUSPIRO PLATEADO 7
EN TUS VIENTOS


Así te busco:
navegando en las aguas de la noche
sobre un viento alado; parto a las cercanías de tus mares.
Si alzara mis ojos alas estrellas; ellas mismas entonaran tu nombre,
por que de veras amo hasta lo estrenduoso de tu bronce.

En el reino de la luz de tu canela, la noche de tus ojos
brilla como el día al mirarme y en los hoyuelos de tus mejillas
se desborda el jazmín. Si no estas agua y brisa, en el tejado
de mi suspirar, son una realidad.

Volvamos a nuestro lugar de descanso, ah amada mía,
Porque el vigor del nardo a relajado la noche
y las gotas del roció han refrescado nuestro jardín.
Las orillas de la noche están adornadas con tu gracia.

Junto a los ríos de la luna nos sentamos,
solo los oídos de la noche escuchan nuestros cánticos de amor.
Incesantes llamaradas de pasión entibian las brisas nocturnas.
Hasta que fluya la madrugada, si, oh amada mía
hasta que despierte el sol nos rodearan niebla y rosa.

Hemos tomado las alas del alba, para subir a mares lejanos,
y sobre las nubes en medio de ellas... me he perdido en la vid
de tu exhalación.

Israel W Borges
1996

adios , fantasia mia

¡ADIÓS, FANTASÍA MÍA!

¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!

Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.

Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos,
                                                                                        en deliquio.
Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!

Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
                                                              mezclado el uno con el otro.
Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
                                                                                  siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
                                                                              (¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira...
Finalmente, pues, te digo:
                             
                              ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!

walt  whitman


 

oh capitan mi capitan

Oh Capitán, mi Capitán:
nuestro azaroso viaje ha terminado.
Al fin venció la nave y el premio fue ganado.
Ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.

Mas ¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos rojos van rodando
sobre el puente en el cual mi Capitán
permanece extendido, helado y muerto?

Oh Capitán, mi Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
Por ti se izan banderas y los clarines claman.
Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.

Por ti la multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea.

Oh Capitán, ¡mi Padre amado!
Voy mi brazo a poner sobre tu cuello.
Es sólo una ilusión que en este puente
te encuentres extendido, helado y muerto.

Mi padre no responde.
Sus labios no se mueven.
Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte.
No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
Anclada está la nave: su ruta ha concluido.
Feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.
La nave ya ha vencido la furia del oleaje.
Oh playas, alegraos; sonad, claras campanas
en tanto que camino con paso triste, incierto,
por el puente do está mi Capitán
para siempre extendido, helado y muerto.

wall  witman

cuanto mas lo leo mas me gusta este poema